Comunidades de aprendizaje

Las comunidades de aprendizaje son formadas por personas que tienen un interés en común. Antes las personas tenían espacios en común como plazas y otros centros de reunión en los que podían compartir sus opiniones, pensamientos e inquietudes. En la actualidad estos espacios de intercambio se dan en su mayoría en la web, en las redes sociales. Las personas se agrupan y reúnen en diferentes plataformas por intereses en común, y se comprometen a participar en un colectivo de aprendizaje en entornos definidos aunando esfuerzos en la reflexión sobre sus propias prácticas, experiencias y conocimientos, interactuando con el otro y fortaleciendo sus vínculos.

En este punto, cabe la diferenciación entre las comunidades reales tradicionales y las comunidades virtuales.

Las comunidades reales se dan en un espacio físico y temporal común para todos los participantes. Es la sociedad real del encuentro cara a cara con el otro, en el que se comparte un espacio físico al mismo tiempo, y las conductas de los participantes se encuentra condicionada por la mirada de su interlocutor. Esta es la base de los vínculos formados en la virtualidad.

En las comunidades virtuales los espacios físicos y tiempos no definen una limitación en el encuentro, las personas pueden encontrarse en espacios geográficos muy distantes y aún así mantener una comunicación fluida. Esta se da en la sociedad virtual en un mundo globalizado en el que estas distancias físicas no representan un problema en el intercambio.

En estos entornos virtuales es importante no desestimar los sentimientos humanos, que sea virtual no implica dejar el factor humano de lado. Es necesario confiar en el otro para establecer una comunicación honesta, ya que una sola palabra puede, muchas veces, generar una desconfianza que nos hace distanciarnos de esa comunicación o quedar a la defensiva, dado que miramos de otra forma a nuestro interlocutor.